Cada opositor construye su propio camino y se enfrenta a sus propios retos, esquivando y sorteando problemas y dificultades que a nivel personal pueden aparecer de forma que no sepamos o podamos solventar en principio. Entre todas las dificultades que yo me he ido encontrando a lo largo de mis años como opositora he descubierto que los más comunes son los que voy a describir a continuación. Pero antes de que pases a leerlos, quiero que sepas que todos, absolutamente todos, tienen solución. No te asustes pero es importante que los conozcas si es que estás empezando en este mundillo.
- Problemas con la concentración. Yo los diferencio en dos: la concentración interna que tiene que ver con tus propios pensamientos y tus estados de ánimo y la concentración externa, con todo aquello que te rodea y que te roba la atención, como el móvil, la tele, los ruidos… Todas estas distracciones generan de por sí una bajada en el rendimiento y un aumento de la frustración y la ansiedad e incluso las ganas de abandonar. Las distracciones externas son más fáciles de sortear, pues en la mayoría de las ocasiones se les pone remedio: el móvil en otra habitación y en silencio o con las notificaciones desactivadas, cascos o tapones para aislarte del ruido, ir a la biblioteca para evitar caer en las distracciones de casa… Pero las internas son más complicadas de solventar. Cuando estamos cansados o con el ánimo por los suelos y eso está afectando a nuestra concentración, lo mejor es dejarlo por ese día, descansar y dedicar la mente en otra cosa que nos suba la autoestima y nos despeje la mente: un baño caliente, dar un paseo o realizar un hobbie…algo que te proporcione autocuidados y algo de amor propio.
- Planificación y gestión de tiempo. Marcar los tiempos de la oposición tampoco es tarea fácil, sobre todo al principio, que no sabes por dónde empezar. Si estás en una academia, ellos te irán marcando los pasos y los ritmos de tal manera que te puedes medio despreocupar de pautar tu planificación, aunque también te digo por experiencia que en ocasiones, seguir el ritmo tan exigente de la academia puede hacer que te atasques y te frustres. La planificación debe englobar también los tiempos de descanso, ocio y deporte…evitarán tus niveles de saturación.
- Ansiedad y estrés. Aunque ambas situaciones vayan en el mismo apartado, quiero que sepas que no significan lo mismo. La ansiedad es ya cuando entramos en un estado patológico ante una situación que nos supera y que no sabemos controlar ni solucionar. Se suele usar como sinónimo de agobio, pero no tiene nada que ver. El estrés es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo para afrontar situaciones puntuales que nos desbordan. Ese estrés, mantenido a lo lago del tiempo también se convierte en patológico, porque el cuerpo no puede estar constantemente en alerta sin que los síntomas de cansancio y agotamiento lleguen a aparecer. Para evitar en cierta manera la aparición de estos dos problemas, no debemos dedicar ni un solo momento a anticipar un suspenso o caer en el bucle de que no lo vas a conseguir o no te da tiempo de estudiar todo el temario antes del examen. Es relativamente fácil caer en esos pensamientos negativos que lo único que harán en retrasar tus avances. Apóyate en tu entorno y libera tus inquietudes.
- Sacrificio y constancia. Es el precio que hay que pagar para conseguir tu plaza. Sin algo de renuncia y de inversión de tiempo no vamos a conseguir llegar a conseguir nuestros propósitos. Hacer todos los días un poquito es mejor que no hacer nada en muchos días y saturarte uno sólo. Paso a paso se construyen las bases sólidas del conocimiento y con buenas técnicas de estudio podrás llegar a entender y memorizar el temario. Tener días malos es normal, pero la perseverancia es lo que hará que llegues…»con las piedras de camino construirás la senda que te lleva a tu destino«.
- Conciliación y ocio. La gran burbuja de las oposiciones puede llegar a asilarnos de tal manera que la familia, los amigos y el tiempo de esparcimiento se ven afectados casi por completo. Tus seres queridos deberían entender, en principio, que tu energía y concentración están puestas en el estudio y que es algo temporal para conseguir un bien mayor, ese sacrificio del que hablaba en el punto anterior. Creo que nadie quiere pasar por este trance más tiempo del estrictamente necesario y que cuanto más enfocados estemos en nuestra meta, antes llegaremos a ella. El tiempo de ocio se reduce a su máxima potencia, todo el que podemos aprovechar para estudiar va en nuestro beneficio, pero tienes que tener en cuenta que el descanso es necesario y es parte del proceso. Sin reposo no se rinde, y sin rendir no se avanza.
Los verdaderos problemas del opositor a la hora de sentarse y abordar todo el temario son inmensamente versátiles si se lo toma en serio, si tiene en su mano las herramientas necesarias para planificarse bien y aprovechar el tiempo de estudio, no existe en este ámbito nada que no tenga solución salvo tirar la toalla…y ya sabes lo que dicen…que la toalla se tira en la playa para tomar el sol. ¡Ánimo y a por todas! No hay nada que pueda pararte.