La realidad del estudiante de oposiciones en el momento en el que decide enfrentarse a una oferta de empleo público es igual a la de desafiar las leyes del espacio-tiempo, siendo muy exagerada (con un poco de humor mañanero) ya que debe pasar uno o varios exámenes escritos u orales y a veces, no sabe por dónde empezar.
- Atravesar la tormenta. Ya lo decía Murakami, serás una persona al entrar en el proceso y otra muy distinta al salir de él, independientemente de si logras tu plaza o no. Porque someterse a este tipo de pruebas te tambalea hasta los cimientos y hace que te reconstruyas por completo. Son procesos difíciles de asumir, muy costosos en tiempo y esfuerzo y tu resurgimiento será para ser una persona más valiente y más fuerte, sin importar si al final abandonas. Los fracasos aquí no existen, solo el aprendizaje y el desarrollo.
- Poner a prueba tu entereza. No sólo te enfrentas a exámenes y pruebas de conocimiento. Desarrollas a la par los hábitos y las rutinas de resistencia, constancia y nuevas habilidades para afrontar el día a día. Bien gestionadas las emociones se pueden conseguir grandes logros. Apunta alto en tus expectativas y no te desanimes en los momentos flojos. Trata de descansar los días que no rindes al máximo para coger el impulso necesario para la siguiente jornada.
- Encontrar compañía. En este proceso es muy importante encontrar el apoyo de tu entorno y la comprensión de tu familia. Es un momento crucial en la vida del opositor rodearse de personas que entiendan y refuercen tu decisión y que sepan aconsejarte en los momentos bajos y celebrar en los momentos de auge. Y no olvides que hay compañeros en tu misma situación y luchando por lo mismo, no lo veas como una competitividad entre vosotros sino como un muro donde sostenerte, uno compite siempre contra sí mismo y no contra los demás.
- Niveles de exigencia. No te dejes arrastrar por el sentimiento de conformidad y busca siempre la excelencia en todo lo que hagas, esto ya es como consejo general de la vida. En los estudios pasa igual. Tus niveles de exigencia quedarán reflejados después en los resultados de tu examen. Cuanto más te exijas, más lejos llegarás, como en las competiciones de los deportistas de élite.
- Desarrollar tu autonomía. Nadie va a venir a estudiar por ti ni a sacarse la plaza en tu lugar. Tú eres responsable de cómo gestionar tu tiempo y tu rendimiento a la hora de estudiar para la oposición. Habrá veces en que te resulte fácil llevar a cabo tu planificación y otras más complicado, pero el desafío aquí está en cumplirla. Se consecuente de tus actos y responsable de tus acciones, tanto como para seguir adelante como para dejarlo a tiempo. Nadie, ni siquiera tú mismo, debe presionar una decisión que se ha de tomar de forma consciente y meditada.
En tus manos está llegar a meta, sea cual sea ésta.