De todos es sabido que el bienestar físico y mental depende en gran medida de nuestra actitud ante los problemas y los retos del día a día, y empieza por liberar la carga que supone la preocupación por ellos. No digo ni mucho menos que pasemos de todo y que dejen de inquietarnos ciertas cosas, sólo que hay que darles la justa importancia que tienen. Para poder rendir en el trabajo, en los estudios y en la vida en general, nuestra predisposición ante los obstáculos que puedan surgir cobra un papel protagonista. No siempre estamos preparados para aquello que nos viene sin avisar, pero sí que podemos mantener una posición de franqueza, realismo y sensatez que nos ayude a afrontar el quid de la cuestión.
Anticipando los problemas solo logramos agobiarnos, angustiarnos y separar los pies de la tierra…es posible que todo eso que imaginamos jamás ocurra y habremos estado perdiendo nuestra paz interior y nuestro equilibrio emocional en algo que solo estaba en nuestra cabeza.
Si un problema tiene solución no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada.
Proverbio chino
La propia preocupación y el miedo ante lo que realmente no podemos controlar hará que nos bloqueemos y dejemos de ver la posible solución. Ponte en marcha y reacciona antes de llegar al punto de bloqueo. A veces está bien salir de nuestra zona de confort y averiguar que puntos nos hacen más fuertes.
- Cierra etapas, haz la paces con tu pasado. Perdona tus errores, aprende de ellos y evita volverlos a cometer.
- Respétate, cuida como te hablas y qué proyectas a los demás. Eres más valioso de lo que crees.
- Ocúpate de lo realmente importante: tu salud, tu trabajo, tus sueños, tu gente, TU VIDA. Ignora el qué dirán, hagas lo que hagas te van a criticar.
- Se siempre tu mejor versión, seguro que puedes esforzarte por ser una mejor persona cada día.
- Quiérete bien para poder querer bien a los demás, es fundamental cuidar bien de uno mismo para poder cuidar a tu entorno. De ninguna manera es un acto egoísta quererse y respetarse a uno mismo.
- Toma las riendas de tu vida y enfréntate a tus miedos, al otro lado de ellos ocurre la magia.
- Comienza a disfrutar de los pequeños detalles de la vida, siéntete afortunado por estar vivo y poder sentir. El mundo sigue girando a pesar de los problemas. Aprovecha al máximo el único regalo que no hemos pedido, hemos venido al mundo a ser libres.
Comienza a ser el dueño de tus actos y consecuente con ellos, ocúpate antes de preocuparte y verás que todo marcha mejor.