Un hábito es un proceso que acontece en nuestra vida que se repite a menudo y que nos permite desarrollar una acción que en principio nos genera un beneficio o nos genera un placer al hacerlo. Y digo en principio porque existen los malos hábitos, es decir, costumbres que se han ido añadiendo a nuestro día a día que no nos aportan nada bueno. Digamos entonces que un hábito es un hecho o un acto que se repite con regularidad, sea bueno o malo.
Pero, ¿qué son los hábitos inteligentes?
Los hábitos inteligentes son aquellos que nos despiertan curiosidad, nos generan motivación y ganas de realizarlos, que nos aportan nuevos retos y desafíos y nos hacen trabajar la mente, el cuerpo y el espíritu.
La inteligencia es un estado que se trabaja y se curte con el paso del tiempo, se entrena la manera de destacar y brillar trabajando duro y empezando desde abajo, con humildad y constancia. Las personas que han trabajado su inteligencia no siempre lo tuvieron todo fácil, con gran esfuerzo han ido construyendo su éxito a base de perseverancia, de errores que han ido solucionando y de los cuales han ido aprendiendo y sobre todo, del afán de superación y de querer hacer las cosas un poquito mejor cada vez. Para una persona inteligente, el fracaso no existe, es solo un camino o una transición por la que debe que pasar para convertirse en alguien mejor y con más conocimientos…es lo que nos va ofreciendo el tiempo y la experiencia.
Los hábitos inteligentes van orientados en ese sentido, en ofrecer una serie de herramientas y experiencias que nos hacen crecer como personas y con las que trabajar si en algún momento de nuestra vida nos sentimos estancados o frenados. Esto lo genera habitualmente el control que nos gusta ejercer sobre nuestro entorno y de nosotros mismos, aun sabiendo que siempre existirá una situación que se nos escape de las manos. Preguntas como: «por qué, cuándo, dónde, cómo…» harán que la más simple de las situaciones rutinarias se convierta en un hábito inteligente, porque el hecho de conocer el cómo y el por qué hacemos las cosas hará que seamos conscientes del aquí y el ahora y razonemos cómo nos ocurren para mejorarlas, dejando poco espacio para la improvisación.
Y, ¿cómo podemos incorporarlos a nuestra rutina diaria?
- Aprender nuevas habilidades. Es genial poder aprender algo nuevo en nuestra vida cada cierto tiempo. Adoptar una mente abierta ante cualquier tipo de aprendizaje nuevo es la clave para poder avanzar y alcanzar el dominio de una nueva habilidad, como dibujar, resolver problemas complejos, patinar o escalar una montaña.
- Adquirir conocimiento para generar más conocimiento. Parece un trabalenguas pero si lo pensamos detenidamente, el conocimiento es el inicio de todo hábito inteligente, aquel que nos puede llevar a implementar otros nuevos en nuestra vida y el que nos hace madurar y desarrollarnos como personas de éxito. Para esto podemos hacer cursos, asistir a conferencias, acudir a la biblioteca, visitar museos, viajar…
- Aprender algo nuevo todos los días. Esto está muy relacionado con los dos puntos anteriores y se consigue básicamente leyendo con mucha frecuencia: noticias, artículos, manuales, tutoriales, libros; viendo documentales, programas de televisión, películas, series, obras de teatro; escuchando podcasts, programas de radio, música; o aprender un idioma nuevo o incluso aprender más vocabulario de nuestro propio idioma…siempre buscando incorporar aquellas temáticas que nos sean útiles para las tareas que realizamos diariamente.
- Hacer preguntas, investigar con profundidad, conocer y sentir curiosidad por todo lo que nos rodea. El conocimiento no ocupa lugar.
- Escribir un diario. Dejar constancia de todo aquello bueno o malo que nos ocurre, que nos ayude a superarnos y motivarnos, incluyendo citas de personajes influyentes, dejando frases que nos sirvan para ver nuestra evolución con el tiempo desde una perspectiva más objetiva, los cambios generados al interiorizar esos nuevos hábitos inteligentes y como forma de desahogo de nuestros propios anhelos e inquietudes.
- Compartir la experiencia. Ayudar a los demás a generar sus propios hábitos inteligentes no solo nos convertirá en personas desprendidas y generosas sino que además estaremos brindando la oportunidad a otra gente de mejorar su vida y transformar sus rutinas, convirtiéndolas en mejores y más eficientes. Compartir lo que tenemos nos hace vivir de forma más honesta.
Compartir es construir.
Anónimo
Desafiarnos constantemente, cultivar nuestra mente, mantener una actitud abierta al conocimiento y a alcanzar nuestros sueños con trabajo y esfuerzo, compartiendo por el camino nuestra experiencia es lo que en conjunto define a los hábitos inteligentes, aquellos actos que nos ofrecen la oportunidad de crecer como seres magníficos.
Nos vemos el próximo post y mientras tanto, te dejo un beso soñador 🙂